En el mundo de la inversión pasiva, es importante evitar cometer los siete pecados capitales que pueden llevarnos a perder dinero. Estos pecados son: avaricia, lujuria, ira, soberbia, gula, envidia y pereza.
Veamos cómo podemos evitar caer en ellos y lograr el éxito en nuestras inversiones.
Avaricia
La avaricia es el deseo de obtener altas rentabilidades en poco tiempo.
Es cierto que el interés compuesto puede aumentar nuestros ahorros de manera significativa, pero no debemos obsesionarnos con obtener la mayor rentabilidad posible.
Es importante recordar que la rentabilidad no lo es todo, y que debemos sentirnos cómodos con nuestras inversiones. Además, debemos tener en cuenta que pequeños cambios en nuestra cartera pueden tener grandes diferencias de riesgo.
Lujuria
La lujuria nos lleva a buscar el producto de moda en cada momento.
Cada década tiene su «inversión estrella», pero debemos ser conscientes de que estas modas pueden terminar rápidamente.
No debemos dejar que nos arrastren y, si queremos probar suerte en este tipo de productos, debemos hacerlo con una cartera secundaria construida con el dinero que estemos dispuestos a perder.
Ira
La ira nos lleva a tomar decisiones impulsivas basadas en el miedo o la euforia del mercado.
Para evitar caer en este pecado, es importante tener un plan de inversión bien definido y diversificar nuestra cartera.
Tener un plan nos ayudará a mantener la calma en momentos de crisis, y la diversificación nos protegerá en caso de que una entidad bancaria o gestora quiebre.
Soberbia
La soberbia es el pecado de pensar que lo sabemos todo.
En el mundo de la inversión, siempre habrá alguien con más conocimientos que nosotros. Por eso, es importante ser humildes y estar siempre dispuestos a aprender.
La lectura es una gran herramienta para adquirir conocimientos, pero también podemos aprender de otros a través de canales de YouTube, foros y blogs.
Gula
La gula nos lleva a gastar más de lo necesario.
Vivimos en una sociedad que nos incita a consumir constantemente, pero debemos resistir esta tentación. Debemos llevar una vida frugal, centrándonos en lo que realmente nos hace felices.
Ahorrar es tan importante como invertir, y debemos hacer del ahorro una prioridad en nuestras vidas.
Envidia
La envidia nos lleva a compararnos constantemente con otros inversores y a desear los resultados que ellos obtienen.
Debemos recordar que la inversión pasiva nos ofrece una estrategia sostenible a largo plazo, y que no debemos dejarnos llevar por los resultados a corto plazo de los mejores fondos.
Disfrutemos de los beneficios de la inversión pasiva y seamos pacientes, ya que a largo plazo seremos los envidiados.
Pereza
Por último, la pereza es el pecado de no prestar atención a nuestras inversiones.
Si bien la inversión pasiva nos permite ser más pasivos en cuanto a la gestión de nuestras carteras, no debemos descuidarlas por completo.
Debemos analizar en qué productos invertimos, conocer los índices de referencia, el tipo de réplica utilizado y los costos asociados. Mantengámonos activos y conscientes de nuestras inversiones.
Conclusión
En conclusión, para tener éxito en la inversión pasiva, debemos evitar los siete pecados capitales. Tendremos que ser conscientes de nuestras emociones y tomar decisiones basadas en un plan bien definido. También debemos ser humildes y estar dispuestos a aprender, así como resistir la tentación de gastar más de lo necesario. No debemos compararnos con otros inversores y debemos prestar atención a nuestras inversiones en todo momento.
Siguiendo estos consejos, estaremos en el camino correcto hacia el éxito en la inversión pasiva.