El consumo medio por hogar está un 1,8% debajo de su nivel prepandemia según Banco de España

El consumo de los hogares en España: un análisis post-pandemia

El consumo medio por hogar en España ha experimentado una caída notable en comparación con los niveles de 2019. De acuerdo con datos recientes, en el tercer trimestre de 2024, este consumo se situaba un 1,8% por debajo de lo que se registraba antes de la pandemia. A pesar de un crecimiento poblacional fuerte y un aumento en las rentas, el gasto de los hogares no ha recuperado su fuerza. ¿Cómo es posible que, con un aumento del 6,6% en las rentas, el consumo no haya seguido el mismo camino?

La tendencia de los bienes duraderos y semiduraderos

Un aspecto que destaca en este análisis es la caída en el gasto en bienes duraderos y semiduraderos, como automóviles, ropa y calzado. En 2023, estos productos fueron los más afectados, mostrando una disminución significativa en términos reales en comparación con 2019. Mientras tanto, el consumo en ocio y cultura ha logrado mantenerse relativamente cerca de los niveles previos a la pandemia. ¿Qué está sucediendo aquí?

La brecha de consumo por tipo de hogar

Examinando más a fondo, notamos que las diferencias en el consumo varían notablemente según el tipo de hogar. Los hogares de renta alta, en particular, han presentado las caídas más pronunciadas. Esto podría sugerir que, a pesar de tener ingresos elevados, su gasto en bienes duraderos y semiduraderos es más sensible a los cambios económicos. Por otro lado, los hogares de renta baja y aquellos con un sustentador principal de edad avanzada han visto una recuperación más rápida en sus niveles de consumo, lo que plantea una pregunta interesante: ¿será que las prioridades de gasto están cambiando?

Gasto esencial versus gasto discrecional

La situación se complica aún más al considerar la composición del gasto en los diferentes hogares. Los hogares de menores ingresos, junto con aquellos cuyo jefe de familia tiene más de 64 años, tienden a destinar una mayor proporción de su presupuesto a gastos esenciales como alimentación y alquiler. Esto contrasta con los hogares de renta alta, que, al tener más flexibilidad, suelen gastar en bienes duraderos y semiduraderos, mostrando así una mayor vulnerabilidad ante la incertidumbre económica.

Una mirada a las dinámicas del consumo

Este análisis revela una dinámica intrigante: mientras algunos hogares se ajustan a la nueva realidad económica, otros parecen estar atrapados en un ciclo de consumo más restringido. Las decisiones de gasto se han vuelto más estratégicas, donde la necesidad de satisfacer lo esencial predomina sobre el deseo de adquirir bienes que, aunque deseables, pueden ser considerados prescindibles. ¿Estamos ante un cambio de mentalidad en el consumo?

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