El impuesto a energéticas y banca puede «matar a la gallina de los huevos de oro»

El debate sobre los impuestos a las grandes corporaciones, especialmente en sectores clave como la energía y la banca, ha tomado un nuevo giro en el panorama político español. Andoni Ortuzar, presidente del EBB del PNV, ha lanzado una advertencia que resuena en muchos oídos: hay que tener «cuidado» con la manera en que se imponen estos tributos. ¿Es realmente conveniente «matar a la gallina de los huevos de oro»? Esta es la pregunta que nos deberíamos plantear al analizar la situación actual.

La tensión entre fiscalidad y sostenibilidad industrial

Las declaraciones de Ortuzar en una reciente entrevista han puesto de manifiesto la preocupación de un sector industrial que se siente amenazado por la posibilidad de impuestos elevados. El líder jeltzale ha enfatizado que, aunque es esencial que las empresas que generan mayores beneficios contribuyan proporcionalmente, hay que ser «razonables» al respecto. ¿Qué pasaría si las compañías energéticas y bancarias, afectadas por gravámenes excesivos, decidieran frenar sus inversiones? Esto, según Ortuzar, podría tener repercusiones devastadoras para la economía de Euskadi.

Euskadi y su realidad industrial

En el contexto de Euskadi, donde la industria tiene un papel preponderante, Ortuzar ha señalado que cualquier recorte en inversiones puede llevar a un «flaco favor a la continuidad de los sectores industriales». Imaginemos por un momento que se cortan las alas a las energéticas, compañías que no solo generan beneficios, sino que también son fuentes de empleo y desarrollo tecnológico. Si se impone una carga fiscal desmedida, podríamos ver cómo se reduce la inversión en innovación y en la industria auxiliar vasca, que es vital para el crecimiento económico de la región.

Hacia un ejercicio de realismo fiscal

El PNV está en medio de negociaciones para los Presupuestos Generales del Estado (PGE), y Ortuzar ha hecho un llamado a los partidos que apoyan al Gobierno para que realicen un «ejercicio de realismo». ¿Qué significa esto en términos prácticos? Es fundamental que se busque un «mínimo denominador» que permita elaborar unos presupuestos que cumplan con las necesidades actuales. En un ambiente político tan diverso, encontrar ese consenso no es tarea fácil, pero es necesario para evitar que la situación se estancara.

Expectativas y negociaciones futuras

Ortuzar también ha dejado claro que el PNV está dispuesto a colaborar, siempre y cuando se respeten los acuerdos previos y se tenga en cuenta la realidad fiscal y económica del País Vasco. La negociación no debe convertirse en un tira y afloja que solo genere ruido y frustración. “Es hora de hacer las cosas bien”, ha subrayado, aludiendo a la importancia de que las instituciones cuenten con presupuestos sólidos que respondan a las demandas de la ciudadanía.

Así, se abre un nuevo capítulo en el debate sobre la fiscalidad en España, donde la interacción entre el gobierno y los partidos políticos se convierte en una danza delicada, en la que cada paso debe ser calculado para no caer en un abismo de inacción. ¿Estaremos a la altura de las circunstancias?

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