La nueva directiva europea sobre infraestructuras viarias en España
El próximo martes, 18 de marzo, el Consejo de Ministros de España tiene un importante desafío entre manos: aprobar un real decreto que transpondrá una directiva europea relacionada con las infraestructuras viarias. Este movimiento es parte de un esfuerzo más amplio por modernizar y adaptar el sistema de carreteras, pero, ¿qué implicaciones tiene realmente para los conductores españoles?
Manteniendo el rumbo: sin nuevos peajes en el horizonte
Una de las preocupaciones más comunes entre los usuarios de las carreteras es la posibilidad de que se impongan nuevos peajes o se incrementen los existentes. Sin embargo, el Ministerio de Transportes ha sido claro en su declaración: esta transposición no llevará a la creación de peajes en autovías ni a un aumento de los costes actuales. De hecho, se ha mantenido la política de no renovar contratos de autopistas existentes, lo cual es una buena noticia para aquellos que utilizan estas vías regularmente.
Desde 2018, hemos visto cómo 4 de cada 10 kilómetros de las autopistas del Estado han pasado a ser gratuitas. Hablamos de un total de 1.029 kilómetros liberados, lo que ha supuesto un alivio económico considerable para los ciudadanos, con un ahorro acumulado de aproximadamente 1.400 millones de euros. ¡Imagínate cuánto puedes ahorrar si conduces por estas rutas liberadas!
Bonificaciones: un respiro para los conductores
El Gobierno ha implementado bonificaciones para vehículos ligeros y pesados en tramos específicos de autopistas, como la AP-9, AP-66 y AP-68. Estas medidas están diseñadas para mejorar la funcionalidad de las carreteras y ofrecer compensaciones a los usuarios frecuentes. Por ejemplo, desde la introducción de estas bonificaciones, los conductores de la AP-9 han ahorrado más de 330 millones de euros. ¿Quién no querría disfrutar de un viaje más económico?
Además, se están realizando esfuerzos para aplicar bonificaciones en la AP-53, lo que podría traer aún más beneficios para los usuarios. Se trata de un enfoque que busca no solo mejorar la experiencia del conductor, sino también fomentar un uso más responsable y sostenible de las infraestructuras viarias.
Cambios en el horizonte: ¿qué nos depara el futuro?
La nueva directiva europea también introduce cambios en el método de cálculo de peajes y plantea la posibilidad de internalizar costes por congestión y emisiones de CO2. Sin embargo, es importante señalar que estos criterios no afectarán a las concesiones de autopistas de peaje ya existentes. Las autopistas gestionadas por el Estado tendrán que adaptarse a esta directiva, pero la implementación de un sistema de viñetas para vehículos pesados, que debe eliminarse gradualmente para 2030, no tendrá efecto en España, ya que este sistema no está implementado aquí.
En lugar de eso, se contempla un régimen más flexible que podría incluir reducciones de peaje para usuarios frecuentes, aunque no se aplicará a vehículos pesados. Esto significa que, en términos generales, los conductores españoles pueden esperar un sistema que prioriza la accesibilidad y la sostenibilidad sin la carga adicional de peajes inesperados.