El nuevo impuesto a la banca: una mirada crítica
El reciente anuncio del gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, sobre el nuevo diseño del impuesto a la banca ha generado un amplio debate en el ámbito económico. La propuesta, que incluye un tipo progresivo que podría alcanzar hasta un 7% sobre los márgenes de interés y comisiones netas, busca aumentar la recaudación fiscal. Sin embargo, Escrivá ha hecho hincapié en la necesidad de no penalizar a los negocios que asumen mayores riesgos, como el crédito a pequeñas y medianas empresas (pymes).
El riesgo de penalizar a las pymes
Escrivá ha señalado que el crédito a las pymes, que son fundamentales para la economía, suele ser más arriesgado en comparación con los préstamos a grandes corporaciones. Esto se debe a que las pequeñas empresas tienen menos acceso a financiación y, a menudo, enfrentan un mayor riesgo de impago. Por lo tanto, el gobernador sugiere que el diseño del impuesto debería tener en cuenta las provisiones que los bancos deben realizar para cubrir esos riesgos. En este sentido, se plantea la necesidad de «neteos» en la base imponible, lo que permitiría a las entidades bancarias manejar de manera más efectiva el impacto del impuesto en sus operaciones.
El papel del Banco Central Europeo
Otro punto importante que Escrivá ha mencionado es el papel del Banco Central Europeo (BCE) en la evaluación del impuesto. El BCE debe ofrecer su opinión sobre cualquier reforma fiscal relacionada con el sector bancario. A pesar de que el Banco de España tiene la responsabilidad de supervisar las entidades, el análisis del impacto en la competencia y la estructura del mercado corresponde a otras autoridades. De este modo, se crea una compleja red de responsabilidades que puede dificultar una respuesta rápida y eficaz a las necesidades del sector.
Progresividad y tecnología en el centro de la discusión
La progresividad del impuesto también ha sido un tema candente en la comparecencia. Escrivá ha instado a ser cautelosos con este aspecto, sugiriendo que las entidades bancarias no deberían verse penalizadas por las inversiones necesarias en tecnología, las cuales son cruciales para la modernización del sector. En lugar de gravar los márgenes más altos de la cuenta de resultados, sería más beneficioso centrarse en una base imponible que no desincentive la inversión en innovación. Esto puede compararse con un agricultor que, en lugar de cosechar frutos de calidad, se ve obligado a sacrificar parte de su producción debido a altas tasas sobre semillas y herramientas necesarias.
La concentración bancaria y la OPA de BBVA sobre Sabadell
En otro orden de ideas, Escrivá fue consultado sobre la posible concentración bancaria y la OPA que BBVA pretende lanzar sobre Sabadell. Su respuesta fue clara: el Banco de España se mantiene respetuoso con las competencias de otros organismos, como la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Esta separación de funciones es fundamental para garantizar una supervisión efectiva y evitar conflictos de interés. La prudencia en este sentido es esencial, ya que la concentración bancaria puede tener efectos profundos en la competencia y la accesibilidad al crédito para las pymes.