COAG pide al Gobierno que demande cambiar el acuerdo entre la UE y Marruecos

La controversia sobre el acuerdo agrícola entre Marruecos y la Unión Europea

Recientemente, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha levantado la voz para exigir una mayor responsabilidad política al Gobierno español. En un contexto donde la agricultura es una pieza clave de nuestra economía, el ministro de Agricultura, Luis Planas, se enfrenta a un dilema crucial: ¿cómo responder ante una posible sentencia que afecte a las producciones agrícolas nacionales? Este asunto no es solo un simple desacuerdo; la producción española se encuentra en la cuerda floja, y el tiempo apremia.

Impacto del Sáhara Occidental en la producción agrícola

El responsable de Frutas y Hortalizas de COAG, Andrés Góngora, ha hecho eco de una preocupación creciente dentro del sector. En su intervención, ha dejado claro que las producciones provenientes del Sáhara Occidental no pueden clasificarse como marroquíes, lo que significa que deben ser excluidas de los beneficios del acuerdo agrícola entre Marruecos y la Unión Europea. Parece que estamos ante un laberinto legal donde el sentido común se pierde entre acuerdos y sentencias.

Imaginemos un escenario: productos cultivados en tierras disputadas que, sin embargo, se benefician de acuerdos comerciales que no les corresponden. Es exactamente lo que sucede en la península de Dakhla, donde se han instalado más de 500 hectáreas de invernaderos pertenecientes a la empresa Azura, del sur de Francia. Esto plantea una pregunta inquietante: ¿cómo podemos permitir que se desarrollen inversiones en territorios con una clara falta de legitimidad en cuanto a su producción agrícola?

La necesidad de una revisión del acuerdo

Góngora ha subrayado que la sentencia de la Unión Europea es inequívoca. Los productos provenientes del Sáhara Occidental deben ser etiquetados correctamente, indicando su país de origen. Esto no es solo una cuestión de transparencia, sino también de justicia para los agricultores españoles que ven cómo sus productos se ven afectados por prácticas que, a todas luces, son injustas. La situación actual se asemeja a un juego de cartas donde algunos jugadores tienen las reglas a su favor, mientras otros se ven obligados a jugar con un mazo incompleto.

El comisario de Agricultura y Desarrollo Rural de la Unión Europea, Janusz Wojciechowski, tiene una enorme responsabilidad en sus manos. La modificación del acuerdo de asociación es una tarea que no se puede posponer. La falta de transparencia en la inclusión de estos territorios en el acuerdo ha creado un clima de incertidumbre que perjudica a los productores locales. ¿No debería ser la justicia y la equidad la base sobre la cual se construyen los acuerdos comerciales?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *