El laberinto de las etiquetas de alimentos: ¿cómo nos confunden?
¿Alguna vez te has sentido abrumado al mirar las etiquetas de los alimentos en el supermercado? No estás solo. Un reciente estudio ha señalado que los consumidores pueden «perderse fácilmente en un laberinto de etiquetas de alimentos». La creciente cantidad de declaraciones, logotipos y eslóganes que adornan los envases puede ser no solo confusa, sino también engañosa. Es como tratar de resolver un rompecabezas en el que las piezas no encajan.
El problema de la información engañosa
Las etiquetas de los productos alimenticios están diseñadas para ofrecer información sobre su contenido y propiedades. Sin embargo, a menudo se utilizan para resaltar beneficios que, en muchos casos, pueden ser exagerados. Por ejemplo, un producto puede presentarse como «saludable» o «ecológico» cuando en realidad contiene altos niveles de azúcares o grasas. Imagina comprar una barra energética publicitada como «alta en proteínas», solo para descubrir que está repleta de azúcares. Esa es la realidad que enfrentan los consumidores hoy en día.
La falta de regulación y armonización
Uno de los aspectos más preocupantes es que las normas actuales no se han adaptado a un mercado en constante evolución. Esto deja a aproximadamente 450 millones de consumidores europeos vulnerables a mensajes engañosos. La UE permite declaraciones nutricionales incluso para productos poco saludables, lo que crea un terreno fértil para el engaño. Además, hay una variedad de sistemas de etiquetado, como Nutri-Score o NutrInform, que no están armonizados. Esto significa que los consumidores tienen que hacer malabarismos con diferentes significados y finalidades, lo que solo agrava la confusión.
El impacto en las elecciones alimentarias
Las etiquetas no solo confunden a los consumidores, sino que también pueden limitar sus opciones, especialmente para aquellos con alergias alimentarias. Etiquetas «excesivamente cautelosas», como «puede contener», pueden llevar a una elección más restringida. Y no olvidemos a los vegetarianos y veganos, que enfrentan una falta de regulación en el etiquetado de productos específicos. ¿Cuántas veces te has preguntado si un producto es realmente apto para ti?
La educación del consumidor: una prioridad olvidada
A pesar de las evidentes deficiencias en el etiquetado, parece que la educación del consumidor no es una prioridad para las autoridades. Con solo 5,5 millones de euros asignados a campañas de sensibilización entre 2021 y 2025, es poco lo que se hace para ayudar a los consumidores a navegar este complicado laberinto. Las campañas de los Estados miembros son esporádicas, lo que deja a muchos en la oscuridad sobre lo que realmente están comprando.
Control y sanciones: un sistema inadecuado
Además, las empresas alimentarias pueden aprovechar las insuficiencias en los controles y sanciones. Los controles funcionan bien para los elementos obligatorios, pero hay escasez de supervisión sobre declaraciones voluntarias y ventas en línea. Es como tener un guardia de seguridad en la puerta, pero sin nadie que vigile lo que sucede dentro. Las infracciones no siempre reciben sanciones eficaces, lo que alimenta aún más la falta de confianza en el sistema.
Así que la próxima vez que te detengas frente a una estantería repleta de productos alimenticios, recuerda: las etiquetas pueden no ser lo que parecen. Estar informado es el primer paso para tomar decisiones más saludables y conscientes en un mundo donde la confusión parece ser la norma.