La regulación del mercado: ¿Demasiado lejos?
Recientemente, Carlos San Basilio, presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), ha planteado una inquietud que resuena en todo el continente: ¿hemos ido demasiado lejos con la regulación del mercado? Esta pregunta nos lleva a reflexionar sobre el equilibrio entre la protección del inversor y la necesidad de fomentar un entorno dinámico y competitivo que permita a las empresas crecer y prosperar.
Un diagnóstico preocupante
San Basilio ha señalado que la percepción en la Comisión Europea y entre las autoridades supervisoras es clara: las cargas regulatorias impuestas a empresas e inversores han llegado a ser excesivas. Esto no solo afecta a las grandes corporaciones, sino también a los inversores minoristas, quienes han visto cómo se han ido alejando de los mercados europeos tras la crisis financiera. Pregúntate, ¿cuántas oportunidades se han perdido por la complejidad de las normativas actuales?
Buscando el equilibrio adecuado
La clave, según el presidente de la CNMV, está en encontrar un balance. No se trata de eliminar la regulación, sino de aligerar las cargas sin comprometer los valores fundamentales como la sostenibilidad y la protección del inversor. ¿Cómo podemos lograr que las empresas no se sientan desincentivadas a salir a Bolsa debido a exigencias burocráticas? Un ejemplo que se menciona es la directiva ‘ómnibus’ de la Comisión Europea, que propone simplificaciones para las empresas, aunque hay que tener cuidado de no reducir drásticamente las obligaciones que son esenciales para mantener la integridad del mercado.
El papel crucial del inversor minorista
San Basilio también ha enfatizado la necesidad de reorientar los incentivos para que los inversores diversifiquen sus carteras. En un momento en que los depósitos y letras son las opciones más seguras, es fundamental que se presenten alternativas atractivas como bonos, acciones y fondos de inversión. ¿Acaso no es hora de que los ahorradores vuelvan a confiar en los mercados? La creación de una etiqueta europea de ahorro e inversión podría ser un paso en la dirección correcta, inspirándose en el modelo de la exitosa cuenta sueca.
La competitividad de los mercados españoles
En un análisis más amplio, San Basilio ha defendido la fortaleza de los mercados españoles, no solo en términos coyunturales, sino también estructurales. A pesar de haber enfrentado desafíos, como los aranceles de Trump y otros incidentes, el mercado ha demostrado su capacidad de adaptación. Sin embargo, la caída en el número de empresas cotizadas es un signo alarmante que no podemos ignorar. ¿Qué futuro le espera a nuestra Bolsa si no se toman medidas para revitalizarla?
El auge del capital riesgo: una oportunidad perdida
A medida que el capital riesgo ha ido ganando terreno, con niveles de financiación que rondan entre 40.000 y 50.000 millones de euros, es crucial que este sector encuentre sinergias con los mercados públicos. Actualmente, solo un 2% de este patrimonio está invertido en acciones cotizadas en la Bolsa española. Esto plantea una pregunta inquietante: ¿qué se puede hacer para que la Bolsa recupere su relevancia como opción de inversión para las empresas que buscan crecimiento a largo plazo?