La importancia de las energías renovables en la competitividad industrial
En el contexto actual, donde la incertidumbre económica se cierne sobre el continente, las energías renovables se presentan como una solución no solo eficiente, sino también necesaria. ¿Por qué? Porque no solo son competitivas, sino que también ofrecen una vía para que Europa se fortalezca frente a potencias externas. En palabras del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, estas energías son fundamentales para revitalizar nuestra base industrial y reducir la dependencia de fuentes externas. Al fin y al cabo, ¿quién quiere depender de otros para su energía?
Interconexiones eléctricas: un reto pendiente
A pesar de las ventajas que ofrecen las energías renovables, invertir a nivel nacional no es suficiente. Aquí es donde entra en juego la necesidad de reforzar las interconexiones eléctricas con el resto del continente. Este aspecto ha sido una vieja reivindicación de España, que frecuentemente se encuentra con la negativa de países como Francia. Pero, ¿no es lógico pensar que una red eléctrica más resiliente podría beneficiar a todos? La interconexión no solo es una cuestión técnica, sino también una cuestión de seguridad económica. En un mundo donde los apagones pueden ocurrir y dejar a millones sin luz, la preparación es clave.
Inversión en I+D y nuevas tecnologías
Mientras tanto, la inversión en investigación y desarrollo (I+D) se convierte en otro pilar fundamental. Aquí es donde la inteligencia artificial (IA) juega un papel crucial. La creación de Gigafactorías de IA, que albergarían más de 100.000 procesadores, podría democratizar el acceso a la supercomputación. ¿Te imaginas tener acceso a herramientas que antes eran exclusivas de grandes corporaciones? Esto no solo aumentaría la productividad, sino que también ayudaría a construir una cadena de valor soberana en el ámbito de la IA. La innovación, en este sentido, se convierte en nuestra mejor defensa frente a amenazas emergentes como los ciberataques y las campañas de desinformación.
Aumentar el comercio con otras economías
Pero no solo se trata de mejorar nuestra infraestructura interna. También es vital aumentar la ambición comercial de Europa. ¿Por qué limitarnos a nuestros socios tradicionales cuando hay un mundo entero por explorar? Incrementar los intercambios comerciales con economías fuera de la UE y abrir nuevos mercados puede ser la clave para diversificar nuestras cadenas de suministro. Es un poco como tener un armario lleno de ropa: si solo usas un par de prendas, te arriesgas a quedarte sin opciones en un momento determinado.
Colaboración y mejora de acuerdos
Además, es necesario mejorar los acuerdos existentes y abordar las barreras no arancelarias que obstaculizan el comercio. La colaboración es esencial. Como bien dice Sánchez, «una Europa fuerte y resiliente es una Europa que permanece abierta y conectada con el resto del mundo». En tiempos de crisis, la unidad se convierte en nuestra mejor estrategia. La historia nos ha demostrado que, divididos, perdemos; pero unidos, tenemos el poder de triunfar.