Ley para crear una energética pública y «recuperar el control» en el sector

Creación de una empresa pública de producción energética: la propuesta de podemos

Recientemente, el portavoz de Podemos en el Congreso, Javier Sánchez Serna, ha presentado una propuesta que está generando un gran revuelo en el ámbito político y económico de España. La idea es clara y directa: crear una empresa pública dedicada a la producción de energía. Pero, ¿por qué ahora? ¿Qué ha llevado a Podemos a dar este paso tan audaz en un sector que ha estado dominado por empresas privadas durante años?

La necesidad de recuperar el control energético

En la rueda de prensa, Sánchez Serna argumentó que el apagón ocurrido el pasado lunes fue una señal alarmante sobre la falta de transparencia y el control que las operadoras privadas ejercen sobre un recurso tan vital como la energía. Imagina que, en un momento de crisis, las empresas, en vez de colaborar, se cierran en banda y retienen información crucial. Esto plantea un interrogante: ¿es responsable dejar en manos privadas un sector estratégico para el país?

La propuesta de Podemos busca, en esencia, restablecer el control del Estado sobre la producción energética. Según sus declaraciones, España se encuentra entre los pocos países de la OCDE que no cuenta con una empresa pública en este ámbito, y su objetivo es alinearse con naciones como Francia o Italia, donde la energía es gestionada de manera más centralizada. Pero no solo se trata de control; también hay un fuerte componente social. ¿Quién no ha sentido la presión de una factura eléctrica que se dispara cada mes? La propuesta incluye medidas para rebajar la factura de la luz y, crucialmente, para combatir la pobreza energética.

Un rol activo en la transición energética

La visión de Podemos no se limita a la mera creación de una empresa. Se plantea una entidad que no solo produzca electricidad, sino que también se involucre en la instalación de energías renovables y en la comercialización de la energía. Esto suena a música para nuestros oídos, ¿verdad? La transición hacia fuentes de energía limpias y sostenibles es un desafío global, y España, con su abundancia de recursos renovables, tiene un papel crucial que desempeñar.

Sin embargo, la propuesta no está exenta de críticas. El gobierno anterior argumentó que la creación de esta empresa tendría un coste inicial de unos 8.000 millones de euros, una cifra que ha sido cuestionada por muchos. ¿Es realmente tan complicado invertir en el futuro energético del país, mientras que se están aprobando presupuestos de defensa que superan esa cifra? La discrepancia en las prioridades del gobierno deja mucho que desear, y plantea una pregunta fundamental: ¿qué tipo de país queremos ser?

La iniciativa de Podemos, más allá de los números y las estructuras, nos invita a reflexionar sobre el papel del Estado en la economía y el bienestar de sus ciudadanos. Si se logra avanzar en esta dirección, podríamos estar ante una transformación significativa en la forma en que consumimos y gestionamos la energía en nuestro día a día.

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