El crecimiento del PIB en América Latina y el Caribe: un vistazo a las nuevas proyecciones
Recientemente, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) ha ajustado sus expectativas de crecimiento para la región, aumentando su pronóstico del Producto Interior Bruto (PIB) de 2024 del 1,8% al 2,2%. Este pequeño pero significativo cambio nos invita a reflexionar sobre la trayectoria económica de América Latina y el Caribe, una región que, a pesar de sus desafíos, muestra destellos de optimismo en un entorno global incierto.
Desafíos persistentes: la trampa de baja capacidad de crecimiento
A pesar de este incremento en las proyecciones de crecimiento, las economías de América Latina y el Caribe enfrentan una «trampa» de baja capacidad para expandirse. Esto significa que, aunque el consumo privado podría estar impulsando algo de actividad económica, la inversión sigue siendo un factor limitante. ¿Por qué ocurre esto? La respuesta puede estar en la falta de políticas efectivas que fortalezcan la capacidad productiva a mediano y largo plazo. La Cepal subraya la necesidad de adoptar estrategias de desarrollo productivo que apunten a aumentar la productividad y a fomentar la creación de empleos de calidad.
Expectativas para 2025: un camino hacia la mejora
Mirando hacia el futuro, se anticipa que en 2025 América del Sur crecerá un 2,6%, y Centroamérica un 2,9%. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estos números no son suficientes para transformar las estructuras económicas de la región, donde la creación de empleo sigue siendo lenta y la informalidad laboral se mantiene elevada. La Cepal destaca que, a pesar de que se proyecta una disminución leve en la tasa de empleo informal, el desafío de formalizar el mercado laboral persiste, lo que subraya la urgencia de implementar políticas eficaces que garanticen condiciones laborales más seguras y estables.
Inflación: un rayo de esperanza en medio de la tormenta
En el ámbito de la inflación, la situación parece estar mejorando. Después de alcanzar un pico del 8,2% en 2022, la mediana de la inflación regional ha ido disminuyendo, llegando a un 3,7% en diciembre de 2023. Se estima que este descenso continúe, alcanzando el 3,4% en 2024. Este cambio es crucial, ya que la inflación más baja puede facilitar un clima económico más estable, propiciando un entorno favorable para la inversión y el crecimiento.
El papel de las finanzas públicas en el crecimiento económico
Para enfrentar la trampa de baja capacidad de crecimiento, la Cepal sugiere una movilización efectiva de recursos financieros. Esto incluye el fortalecimiento de las finanzas públicas, lo que implica una mayor recaudación tributaria y una reducción de la evasión fiscal. ¿Cómo se traduce esto en la práctica? Aumentar la progresividad del sistema tributario y realizar evaluaciones de costo-beneficio de los gastos tributarios actuales puede ser un buen comienzo. Este enfoque no solo podría mejorar las finanzas públicas, sino también contribuir a un crecimiento más inclusivo y sostenible.