La moción del grupo parlamentario popular: un paso hacia la igualdad en la función pública
Recientemente, el Senado español aprobó una moción impulsada por el grupo parlamentario Popular que ha encontrado el respaldo entusiasta del sindicato de técnicos del Ministerio de Hacienda, conocido como Gestha. Esta iniciativa busca eliminar la división existente entre los subgrupos A1 y A2 de los funcionarios superiores, una separación que ha sido objeto de debate y crítica desde su implementación hace más de 18 años.
Un sistema obsoleto que necesita revisión
La división entre los subgrupos A1 y A2 fue establecida en 2007, cuando se promulgó el Estatuto Básico del Empleado Público (EBEP). Este marco legal se pensó de forma transitoria, con la esperanza de que la implantación de los títulos de grado y posgrado universitario en España facilitara una reestructuración más lógica y equitativa. Sin embargo, el tiempo ha demostrado que esta división no solo ha perdurado, sino que se ha convertido en un anacronismo que no responde a las realidades actuales de la función pública.
Incongruencias en el acceso a la función pública
Desde la aprobación del EBEP, los técnicos de Hacienda han señalado que los sucesivos gobiernos han incumplido sus disposiciones, manteniendo esta artificial división, a pesar de que el acceso a la función pública exige únicamente un título de grado universitario. ¿No resulta curioso que, mientras los requisitos de acceso se han simplificado, la estructura jerárquica se haya mantenido rígida y desactualizada? Esta situación no solo genera frustración entre los funcionarios, sino que también plantea interrogantes sobre la eficacia y la justicia del sistema.
El llamado de Gestha: una integración necesaria
Gestha argumenta que las funciones desempeñadas por los técnicos de Hacienda, así como aquellos involucrados en auditoría y contabilidad, requieren un alto nivel de responsabilidad y competencia técnica. Estas tareas son cruciales, ya que involucran la resolución de asuntos tributarios, catastrales y la supervisión del gasto público. En este contexto, la inclusión de estos profesionales en un nuevo cuerpo superior del subgrupo A1 no solo es justificada, sino que podría ser vista como una cuestión de equidad y reconocimiento del trabajo realizado.
Pruebas de acceso: similitudes que hablan por sí mismas
Aquí surge otra cuestión intrigante: ¿no deberían las características de las pruebas de acceso reflejar la importancia de las funciones desempeñadas? Gestha sostiene que las exigencias en las pruebas para acceder a estos puestos son, en muchos casos, iguales o incluso superiores a las de otros cuerpos en el subgrupo A1. Este hecho pone de manifiesto la incongruencia de mantener una división que ya no tiene sentido en el contexto actual de la administración pública.