En un momento en el que la inteligencia artificial (IA) se erige como el motor del futuro, España ha decidido dar un paso audaz al formalizar su candidatura para ser el hogar de una de las primeras gigafactorías de IA en Europa. Con una inversión proyectada de 5.000 millones de euros, se plantea la ubicación en Tarragona, específicamente en Mora d’Ebre. Este ambicioso proyecto está siendo negociado con un socio internacional, lo que podría abrir las puertas a un nuevo horizonte tecnológico para el país.
Un enclave estratégico para la innovación
Tarragona no es una elección casual. Este territorio se destaca por su proximidad a la Factoría de IA, un centro nacional dedicado a la experimentación en inteligencia artificial, y al renombrado Barcelona Supercomputing Center (BSC), que se ha consolidado como un nodo de referencia en computación de altas prestaciones. Esta combinación de factores crea un entorno propicio para la innovación, brindando acceso a energía renovable y a un ecosistema científico-industrial robusto.
Un consorcio de grandes nombres
La propuesta ha sido presentada por un consorcio empresarial público-privado liderado por Telefónica, que se encuentra en estrecha colaboración con el Gobierno español y la Generalitat de Cataluña. Entre los miembros del consorcio, se encuentran actores destacados como ACS, MasOrange, Nvidia, Submer y Multiverse Computing. Esta unión de fuerzas es esencial para materializar un proyecto de tal envergadura y demuestra el compromiso del sector privado en el avance tecnológico del país.
Oportunidades de financiación y apoyo europeo
Además de la inversión nacional, se están llevando a cabo negociaciones para incorporar a un socio inversor internacional. Si se concreta, este apoyo podría complementarse con una subvención pública de la Comisión Europea a través del programa InvestAI, que busca movilizar hasta 200.000 millones de euros para el desarrollo de IA en toda Europa. Este tipo de financiación es crucial, ya que cada gigafactoría podría requerir entre 3.000 y 5.000 millones de euros para su desarrollo, con la posibilidad de que hasta un 35% de los costos sean cubiertos por fondos públicos.
Un futuro en la vanguardia tecnológica
La propuesta de España no solo tiene un impacto local; también busca posicionar al país y a la Unión Europea en la vanguardia del desarrollo de capacidades de IA soberana y sostenible. Con las fechas límites para que las gigafactorías estén operativas entre 2027 y 2028, el tiempo es esencial. La selección final de los proyectos se realizará en diciembre de 2025, lo que añade un sentido de urgencia a la iniciativa.
Compromiso con la soberanía digital
El desarrollo de estas infraestructuras busca reforzar la soberanía digital del continente, mejorando la competitividad y la seguridad económica en un mundo cada vez más interconectado. En un contexto donde la tecnología avanza a pasos agigantados, contar con soluciones éticas y alineadas con los valores democráticos europeos es más importante que nunca. Así, España aspira a convertirse en un centro neurálgico del ecosistema europeo de inteligencia artificial, combinando inversión, talento y un enfoque decidido hacia la soberanía digital.