Iberdrola y el respaldo a su estrategia de electrificación
Recientemente, en una junta general celebrada en Bilbao, el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, recibió un rotundo apoyo por parte de los accionistas. Este respaldo no solo es un voto de confianza a su gestión, sino también a una estrategia de electrificación que ha estado en marcha por más de dos décadas. Con una asistencia superior al 75,55%, los accionistas aprobaron con un impresionante 99,4% de votos a favor todas las propuestas del orden del día. ¿No es fascinante cómo una compañía puede unirse así en torno a una visión compartida?
El compromiso con la creación de valor
Durante la junta, Sánchez Galán subrayó el compromiso de Iberdrola con la creación de valor. En el mundo empresarial, esto puede sonar como una frase de manual, pero la realidad es que la compañía ha demostrado que sus acciones están alineadas con sus palabras. En 2024, Iberdrola ha alcanzado un nuevo año récord, lo que es un testimonio de la eficacia de su estrategia. ¿Te imaginas el impacto de 17.000 millones de euros invertidos en redes eléctricas y energías renovables? Este esfuerzo no solo promueve la electrificación de la economía, sino que también potencia la autonomía energética y fomenta la competitividad y el empleo. Es como plantar semillas que, con el tiempo, florecerán en un jardín de oportunidades.
Crecimiento y solidez financiera
La solidez financiera de Iberdrola es otro punto digno de mención. ¿Sabías que la compañía ha superado los 160.000 millones de euros en activos? Además, el beneficio neto ha crecido un 17% hasta alcanzar los 5.612 millones de euros en 2024. Esto no es solo un número; es el reflejo de un crecimiento constante y sostenible. La cotización de Iberdrola se encuentra en máximos históricos, lo que la consolida como la primera eléctrica de Europa y una de las dos más grandes del mundo en términos de capitalización, con 103.000 millones de euros. ¿Quién no querría ser parte de una historia de éxito así?
Valor para los accionistas
Desde la llegada de Sánchez Galán en 2001, el valor de la acción de Iberdrola ha experimentado un impresionante crecimiento, pasando de 3,5 euros a aproximadamente 16 euros por título. Esta evolución se traduce en una creación de valor de cerca de 90.000 millones de euros. Además, se han repartido 7,7 euros por acción en dividendos, lo que demuestra que la compañía no solo se preocupa por crecer, sino también por recompensar a sus accionistas. En un mundo donde la incertidumbre es la norma, Iberdrola se presenta como un faro de estabilidad y confianza. ¿No es maravilloso ver cómo una visión a largo plazo puede dar frutos tan significativos?