Incremento en la demanda de crédito: ¿una señal de recuperación económica?
En el mundo actual, donde la economía parece ser un barco en medio de una tormenta, la demanda de crédito se ha convertido en un indicador clave para entender la salud financiera de los hogares y las empresas. A finales del primer trimestre de 2025, la demanda total de crédito alcanzó un sorprendente 122%, lo que nos lleva a reflexionar sobre las razones detrás de este aumento y qué significa para el futuro económico.
Un crecimiento notable tras la inestabilidad
Comparar cifras es como mirar una película en la que los personajes pasan por momentos de tensión y resolución. En este caso, la demanda de crédito ha experimentado un ascenso significativo, pasando del 97% en diciembre de 2024 a un impresionante 122% en marzo de 2025. ¿Qué ha cambiado? La respuesta puede estar en el anhelo de las personas por estabilizar sus finanzas tras un final de año marcado por la incertidumbre geopolítica y económica.
Es interesante notar que este aumento contrasta con el descenso del año anterior, donde la demanda de crédito cayó de un 120% en enero a un 110% en marzo. Este tipo de fluctuaciones son normales en el ciclo económico, pero lo que realmente destaca es la resiliencia que los consumidores y empresarios han demostrado en tiempos difíciles.
El perfil de riesgo y su estabilidad
El «hit-rate», que mide el porcentaje de deudores presentes en el registro de morosidad, se ha mantenido estable en un 80%. Este dato es crucial, ya que sugiere que, a pesar del aumento en la demanda de crédito, los prestatarios continúan siendo responsables en su manejo de deudas. Es como si la comunidad financiera estuviera aprendiendo a navegar en aguas turbulentas con más habilidad.
Sectores en auge: microfinancieras y automoción
Al desglosar la demanda de crédito por sectores, encontramos que las microfinancieras y el sector de la automoción han sido los verdaderos protagonistas del trimestre. Con un crecimiento del 199% y 161% respectivamente, estos sectores han alcanzado máximos históricos. ¿Qué está impulsando este crecimiento? Tal vez sea la necesidad de las personas de adquirir vehículos o acceder a financiamiento para pequeñas empresas, lo que refleja una confianza renovada en el futuro.
En contraste, las financieras de consumo se encuentran en un momento crítico, con su nivel más bajo en años, situándose en un 85%. Esto plantea una pregunta interesante: ¿estamos viendo un cambio en las prioridades de los consumidores? La balanza parece inclinarse hacia opciones más prácticas y necesarias, dejando de lado gastos que no son esenciales.
Recobro y saldo impagado: una tendencia a la baja
Por otro lado, los niveles de recobro han mantenido una tendencia estable, cerrando marzo en un 93%. Esto es una buena noticia, pues sugiere que las entidades financieras están logrando recuperar deudas de manera efectiva. Además, el saldo impagado está mostrando una notable tendencia decreciente, tanto en personas físicas como jurídicas, lo que podría ser un indicativo de una mejora en la gestión financiera de los deudores.
En resumen, el panorama actual de la demanda de crédito revela un contexto dinámico donde, a pesar de las dificultades, hay señales de recuperación y adaptación. La historia del crédito en este primer trimestre de 2025 es un reflejo de cómo los actores económicos están respondiendo a los desafíos, buscando caminos hacia un futuro más estable.