La defensa de la libertad empresarial en tiempos difíciles
En un contexto donde la presión gubernamental hacia el sector privado parece aumentar, el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, ha tomado una postura firme. En un reciente desayuno organizado por Nueva Economía Fórum, Cuerva afirmó que es crucial defender la libertad de empresa «sin complejos», especialmente ante lo que denominó el «Gobierno más hostil» hacia los intereses del sector privado. La situación actual presenta un desafío significativo, y es imperativo que las pequeñas y medianas empresas (pymes) se sientan respaldadas y escuchadas.
Presiones y decisiones en el ámbito empresarial
Cuerva no ha escondido que ha enfrentado «múltiples presiones» para no presentarse a la reelección en Cepyme, incluso desde dentro de la misma Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). Según sus declaraciones, la presión no solo proviene del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, sino también del propio Gobierno. ¿Por qué existe esta resistencia hacia su candidatura? La respuesta parece estar relacionada con su enfoque directo y sin reservas en temas de intervención estatal en el mercado.
Él mismo subrayó que su intención no es «dinamitar» la unidad de acción empresarial, sino más bien garantizar que Cepyme no se convierta en una extensión de la CEOE. ¿Acaso no es válido que cada organización tenga su voz y su espacio? Cuerva sostiene que lo que se necesita es una Cepyme que defienda los intereses de las pymes y que no se subyugue a los dictados de ninguna otra organización o del Gobierno.
Quitarse los complejos y alzar la voz
Cuerva ha hecho un llamado claro: «Quitémonos los complejos». En un país donde las pymes representan el 99,8% del tejido empresarial, no debería haber ninguna vergüenza en defender sus intereses. La libertad de empresa está en riesgo, y la voz de las pymes debe ser escuchada. En sus palabras, en una «democracia sana», es fundamental que se opine y se critique cuando se plantea una norma intervencionista que afecte a las empresas.
Esto nos lleva a reflexionar: ¿por qué existe un miedo a alzar la voz? Cuerva menciona que muchos empresarios se sienten intimidados, lo cual es preocupante. La unidad de acción es esencial, pero también lo es que cada organización mantenga su independencia y su enfoque particular. En definitiva, la defensa de la empresa no debería verse como un acto de rebeldía, sino como una responsabilidad ineludible.
La amenaza de la intervención gubernamental
El presidente de Cepyme ha señalado que el Gobierno está considerando implementar una reducción de la jornada laboral a 37,5 horas, un tema polémico que podría tener repercusiones significativas en la productividad de las empresas. Cuerva relaciona esta propuesta con la falta de unidad en el sector empresarial, sugiriendo que la división solo favorece a aquellos que desean socavar el tejido empresarial.
Cuerva advierte que la neutralidad política es esencial, pero no a costa de renunciar a los principios ideológicos que sostienen a las organizaciones empresariales. «La neutralidad ideológica supone una dejación, una traición a las empresas», enfatiza. No podemos permitir que la presión externa nos lleve a un conformismo dañino. La lucha por la libertad empresarial es una batalla que vale la pena librar y, como Cuerva señala, es vital que las organizaciones se mantengan firmes en su ideología liberal.
Un llamado a la unidad y la acción
A pesar de las tensiones y la presión, Cuerva ha extendido la mano hacia la CEOE, enfatizando que las empresas son más fuertes cuando están unidas. La división solo otorga ventaja a quienes no creen en el potencial de la empresa. En este sentido, el presidente de Cepyme recuerda que la unidad de acción se estableció sobre la base de la independencia, y que no hay momento más crítico que ahora para mantener esa cohesión.
Así, nos encontramos ante un panorama donde la voz de las pymes debe resonar con fuerza. Cuerva nos invita a mirar hacia adelante, a dialogar y a construir un futuro donde las empresas no solo sobrevivan, sino que prosperen. La historia nos ha demostrado que en momentos de adversidad, la unión y la defensa de los principios son más necesarias que nunca. ¿Estamos dispuestos a dar ese paso juntos?