España, el país europeo que menos promueve los eléctricos de empresa, según T&E

El panorama de los coches eléctricos de empresa en España

En el contexto actual de la movilidad sostenible, España se encuentra en una posición desfavorable cuando se trata de fomentar el uso de coches eléctricos de empresa. Según un informe reciente de la asociación T&E, nuestro país es el que menos impulsa este tipo de vehículos en comparación con otros grandes mercados europeos. ¿Por qué estamos quedándonos atrás en esta carrera hacia la electrificación?

Brechas fiscales que frenan la adopción

Una de las principales razones es la brecha fiscal que existe en España en comparación con los vehículos de combustión. Con una diferencia de solo 3.200 euros a favor de los coches eléctricos, nos encontramos en el último lugar de la lista. En contraste, Alemania, que ocupa el segundo puesto, tiene un diferencial de 8.718 euros. Esta diferencia impositiva es crucial, ya que afecta directamente las decisiones de las empresas a la hora de elegir su flota de vehículos.

Imagina que eres el director de una empresa y debes decidir entre un vehículo eléctrico y uno de gasolina. Con una diferencia fiscal tan mínima, es probable que optes por el modelo más conocido y tradicional, que en este caso sería el de combustión. Esto es exactamente lo que está ocurriendo en España, donde las políticas fiscales no están alineadas con los objetivos de sostenibilidad que muchos ciudadanos y empresas están buscando.

Comparativa con otros países europeos

Si miramos hacia el norte, encontramos que países como Francia y Portugal están haciendo un mejor trabajo en este ámbito. Francia, por ejemplo, ofrece un incentivo fiscal impresionante de 24.395 euros para las empresas que optan por coches eléctricos. Portugal, por su parte, se destaca con un diferencial de 30.300 euros, lo que lo convierte en un líder en el sur de Europa en términos de apoyo a la electrificación de flotas corporativas.

¿Qué tienen en común estos países? Han implementado sistemas fiscales que gravan a los vehículos de empresa en función de sus emisiones de CO2 y su peso, algo que España aún no ha abordado de manera efectiva. Esto no solo fomenta la electrificación, sino que también contribuye a una mejora en la calidad del aire y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

La industria automotriz y el futuro sostenible

La situación actual no solo afecta a las empresas, sino que también tiene consecuencias para la industria automotriz en su conjunto. Según T&E, muchos gobiernos europeos, especialmente en naciones grandes como Alemania, están manteniendo políticas fiscales que perjudican tanto al clima como al futuro de la industria automotriz. Esto crea un círculo vicioso donde los fabricantes se ven incentivados a continuar produciendo vehículos contaminantes en lugar de invertir en tecnologías más limpias.

En este sentido, se vuelve imperativo que los responsables de las políticas fiscales reconsideren sus estrategias para incentivar la compra de coches eléctricos. La electrificación del parque automovilístico no es solo una cuestión de modernidad, sino una necesidad urgente para afrontar los desafíos medioambientales que enfrentamos hoy en día.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *