El impacto de la guerra comercial en el consumo interno
En un contexto global marcado por la incertidumbre, la guerra comercial iniciada por Estados Unidos está poniendo en el punto de mira a la economía europea. Nos enfrentamos a un escenario en el que las decisiones de un país pueden repercutir en el bienestar de millones de trabajadores en otros continentes. ¿Cómo nos afecta esto? La respuesta se encuentra en el consumo interno y en la capacidad de los trabajadores para realizar compras que, a su vez, sostienen la economía.
El papel de los salarios en la recuperación económica
Fernando Luján, vicesecretario general de Política Sindical de UGT, ha subrayado la importancia de mejorar los salarios de los trabajadores para reforzar el consumo interno. Es un punto crucial: si queremos que la economía se recupere, necesitamos que las personas tengan poder adquisitivo. En un momento en que el Índice de Precios de Consumo (IPC) ha mostrado un leve incremento, es vital que los salarios se ajusten para no perder el ritmo de la inflación.
En España, hemos visto un aumento sostenido en los márgenes empresariales en los últimos cuatro años. Esto plantea una pregunta interesante: si las empresas están generando más beneficios, ¿no deberían compartir esos beneficios con sus trabajadores a través de salarios más altos? La estadística reciente indica que la subida media de los convenios colectivos está cerca del 3,3%. Un avance que, sin duda, podría empoderar a los trabajadores y estimular el consumo.
La necesidad de políticas económicas estructurales
A pesar de los avances en las negociaciones salariales, Luján ha advertido que no podemos depender de lo que suceda al otro lado del Atlántico. Es esencial que Europa adopte políticas económicas que no solo respondan a situaciones de crisis, sino que también se enfoquen en la innovación y la digitalización. La economía no es un juego de azar; necesita una estrategia a largo plazo que incluya la inversión en tecnología y en la industria. ¿Acaso no es el momento de apostar por un futuro más sostenible y resiliente?
En este sentido, promover transiciones tecnológicas que beneficien a toda la sociedad debería ser una prioridad. La economía actual nos exige adaptarnos rápidamente, y eso implica no solo aumentar los salarios, sino también garantizar que nuestros trabajadores estén preparados para los retos del futuro. ¿Estamos listos para dar ese salto?