La desconexión entre los datos macroeconómicos y la realidad empresarial
Recientemente, en un evento destacado como los ‘XI Premios Cepyme’ 2024, se puso de manifiesto una inquietante discrepancia entre los datos macroeconómicos que a menudo se celebran en los medios y la realidad vivida por las pequeñas y medianas empresas en España. El presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, hizo una declaración clara: a pesar de las cifras que parecen alentadoras, la economía real se encuentra «lejos de ir tan bien». Esta afirmación resonó en un ambiente donde el diálogo social ha sido relegado, y las preocupaciones de los empresarios parecen caer en oídos sordos.
El clamor de las pequeñas empresas ante un panorama complicado
El malestar que Cuerva expresó es palpable. Las pequeñas empresas, que son fundamentales para el tejido económico del país, se enfrentan a desafíos que no se reflejan en las estadísticas macroeconómicas. Un tema crítico que surgió fue la reciente subida del salario mínimo interprofesional (SMI), que en algunas provincias llega a representar el 80% del salario medio. ¿Cómo pueden las pequeñas empresas sobrevivir en un entorno donde sus costes laborales son tan elevados? Este aumento, aunque bien intencionado, puede resultar en una carga excesiva que limite su capacidad de crecimiento y contratación.
Desafíos adicionales que enfrentan los pequeños empresarios
Además de la presión del SMI, Cuerva destacó otro aspecto preocupante: la falta de creación de empleo en el sector agrícola durante los últimos 11 meses. Las pequeñas empresas del campo, que tradicionalmente han sido un motor de empleo, ahora están paralizadas. Y como si eso no fuera suficiente, la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas plantea un nuevo desafío. Los empresarios se encuentran entre la espada y la pared, con normativas que parecen más un obstáculo que un apoyo. ¿Es justo que aquellos que generan empleo y riqueza se vean limitados por cargas burocráticas que los hacen menos competitivos?
La importancia del diálogo social en la economía
El presidente de CEOE, Antonio Garamendi, también hizo hincapié en la necesidad de un diálogo social efectivo. Las empresas y organizaciones sociales no solo deben ser escuchadas, sino que son parte integral de la solución a los problemas económicos. Garamendi recordó que la paz social se ha logrado a través de la cooperación y el respeto mutuo. Sin embargo, parece que esta colaboración se está viendo amenazada por la falta de atención a las necesidades reales del sector empresarial.
Un llamado a la acción y la reflexión
La situación actual plantea preguntas importantes sobre cómo se gestionan las políticas económicas y laborales en el país. ¿Estamos priorizando un crecimiento que solo beneficia a unos pocos, mientras que las pequeñas y medianas empresas luchan por mantenerse a flote? La voz de Cuerva y Garamendi no solo es un eco de las preocupaciones de los empresarios, sino un llamado a la acción para reimaginar un futuro donde el diálogo y la colaboración sean la norma, no la excepción.