Sordo (CCOO) considera un despropósito la propuesta de Junts para aumentar el SMI en Cataluña

El Salario Mínimo Interprofesional: Un Debate Candente en España

Recientemente, el secretario general de Comisiones Obreras, Unai Sordo, ha expresado su rotunda oposición a la propuesta de Junts de establecer un salario mínimo interprofesional (SMI) más elevado en Cataluña. Esta propuesta surge a raíz del elevado coste de vida en la comunidad catalana, un tema que ha generado un intenso debate en el ámbito laboral y económico del país. Pero, ¿es realmente viable o incluso sensato considerar un SMI diferenciado por territorios?

La Territorialización del SMI: Un Despropósito

Sordo no ha dudado en calificar la propuesta de «despropósito». La idea de ajustar el SMI en función de la región podría abrir la puerta a una serie de desigualdades salariales que no solo afectarían a Cataluña, sino que se extenderían por todo el país. Imagina un mapa de España donde los salarios varían drásticamente de una comunidad a otra. ¿No es un camino peligroso el que se está planteando?

La preocupación de Sordo se centra en que esta medida podría sentar un precedente para una «sectorialización» de los salarios. Esto significa que sectores como el agrícola o el comercio podrían verse presionados a establecer sueldos más bajos, lo que podría resultar en salarios «de miseria». La finalidad de un SMI es asegurar un mínimo que garantice la dignidad y el bienestar de los trabajadores, no fomentar divisiones y desigualdades.

Los Costes de Vida y la Negociación Colectiva

Es cierto que los costes de vida varían en función de la ubicación. Sin embargo, Sordo argumenta que los salarios deben ser ajustados a través de la negociación colectiva y no mediante un SMI territorializado. ¿No sería más efectivo que cada sector y cada empresa negocien sus salarios en función de sus propias realidades y necesidades? La negociación colectiva puede ser el puente que cierre la brecha entre la necesidad de salarios dignos y la realidad económica de cada sector.

Al final del día, la propuesta de un SMI diferenciado podría terminar siendo una estrategia más de las patronales que buscan maximizar sus beneficios a costa de los trabajadores. La historia nos ha enseñado que las soluciones fáciles suelen tener consecuencias complicadas. ¿Es realmente el camino que queremos seguir?

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