El complejo del Alto Tamega de Iberdrola, reconocido en Portugal como mejor proyecto hidráulico

Iberdrola y su reconocimiento en proyectos hidráulicos

La energía hidráulica es un pilar fundamental en la búsqueda de un futuro energético sostenible. En este contexto, Iberdrola ha sido premiada por su innovador sistema electroproductor Tamega, un proyecto que ha destacado en la categoría de Presas y Producción de Energía Hidráulica. Este galardón, que otorga la Asociación Portuguesa de Recursos Hídricos, no solo resalta la calidad de las infraestructuras hidráulicas, sino que también pone de relieve la originalidad y la eficacia en la gestión de los recursos hídricos.

Una distinción que marca la diferencia

El Premio APRH de Proyectos Hidráulicos busca reconocer aquellos proyectos que no solo cumplen con su función básica, sino que también aportan un valor añadido al entorno. La distinción recibida por Iberdrola refuerza su compromiso con la excelencia y la innovación en el ámbito de la energía renovable. Al ser considerado uno de los mayores proyectos hidroeléctricos realizados en las últimas tres décadas, Tamega se convierte en un referente en la industria, consolidando la posición de Iberdrola en el sector energético de Portugal.

El impacto del Alto Tamega en la transición energética

La importancia del proyecto Alto Tamega radica en su capacidad para contribuir a un modelo energético más sostenible. Rafael Chacón, director del proyecto, subraya que este reconocimiento no solo refleja la capacidad técnica y financiera de Iberdrola, sino también su rol en la transición hacia energías más limpias. La estación de bombeo de Gouvaes, una de las piezas clave del Alto Tamega, es un claro ejemplo de esta flexibilidad. Puede alternar entre bombear y generar energía en cuestión de minutos, lo que resulta esencial para mantener un suministro energético fiable en un sistema cada vez más descarbonizado.

Además, en un mundo donde la energía eólica y fotovoltaica puede fluctuar drásticamente en cortos periodos, la capacidad de adaptación del sistema de Tamega se convierte en un salvavidas. No es solo una cuestión de producción de energía; es una cuestión de garantizar que, en tiempos de incertidumbre climática, nuestras ciudades y comunidades sigan recibiendo la energía que necesitan para prosperar.

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