la importancia del compromiso sostenible en la inversión
En un mundo donde la sostenibilidad ya no es una opción, sino una necesidad imperante, la reciente adhesión de BBVA Asset Management y BBVA Pensiones al Código de Buenas Prácticas de Inversores de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) destaca como un paso significativo. ¿Por qué es relevante este compromiso? Porque promueve una mayor implicación de los inversores institucionales en el papel crucial que desempeñan como accionistas. En otras palabras, no se trata solo de invertir por invertir, sino de hacerlo con un propósito claro: el bienestar de las empresas y del medio ambiente.
el plan de sostenibilidad de bbva
Desde hace cuatro años, BBVA ha estado implementando un plan de sostenibilidad que busca no solo generar rendimientos económicos, sino también contribuir a un futuro más verde y equitativo. Este plan se traduce en acciones concretas, como el voto en las juntas de accionistas, donde la gestora tiene la oportunidad de influir en las decisiones empresariales. Es como tener una voz en una gran conversación donde se discuten los destinos de las empresas en las que se invierte, con un enfoque en mejorar la gestión, especialmente en lo que respecta a las cuestiones medioambientales y sociales.
inversión a largo plazo y creación de valor
El compromiso de BBVA Asset Management y BBVA Pensiones va más allá de lo superficial. Al adherirse a este código, se comprometen a actuar en el mejor interés de sus partícipes. La CNMV resalta la importancia de adoptar una orientación de inversión a largo plazo. Esto significa que no se trata solo de buscar beneficios inmediatos, sino de construir un camino hacia la creación de valor sostenible. En este sentido, las sociedades cotizadas deben enfocarse en generar un rendimiento duradero, un poco como cultivar un árbol: requiere tiempo, cuidado y atención, pero los frutos que se cosechan después son abundantes y satisfactorios.
La gestión adecuada de los riesgos y oportunidades relacionados con aspectos sociales y medioambientales se convierte, por lo tanto, en un imperativo. ¿Quién querría invertir en empresas que no se preocupan por su impacto en el mundo? La respuesta es clara: nadie. La inversión responsable se ha convertido en una expectativa, no en una excepción, y este tipo de acciones son fundamentales para cultivar un futuro en el que tanto los inversores como las empresas puedan prosperar juntos.